5.5.10

he traído un regalo


Por estos días leer poesía cuesta casi lo mismo que andar en buseta, así que opto por comprar un libro y llegar caminando a casa, una vez allí me acerco a tu "odio" y digo:

-¡traje un regalo!- detenido en la puerta de la entrada con una bolsa blanca enrollada en mi mano derecha y la sonrisa inocua de lector.
La mirada despectiva sin retraso alguno llega justo a tiempo y como la aguja que atraviesa la tela, dices:

-¿y ahora, con qué reales pago el taxi?- y antes de ser golpeado con el llavero ya cuando este empieza a emprender vuelo, respondo:

-por estos días se viaja más seguro entre palabras que en cuatro ruedas, mírame, estoy contento y he traído un regalo-

Pum! zarpazo en el ojo izquierdo. Si ella tuviera tantas ganas de leer como puntería, ya estuviéramos tendidos en la alfombra haciendo el amor hasta la saciedad. Le he traído un regalo.

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