7.6.11

Fe


Aquella noche no hubo cruce de improperios,
Como monos cansados de brincar y desandar nos cobijó la calma.
Ninguna obscenidad existió en mi cabeza,
Pero en un descuido la calma asomó uno de tus senos,
Y ahora, mitad de mi cuerpo no quiere despertar
Y la otra mitad se enamoró de ti.