4.4.12

Estas ciudades de noche


Las noches de estas ciudades,
no se enfrían, ni se olvidan, le hieden los suelos al sudor del día,
le gritan los rieles y le rechinan las voces en la oscuridad.
A las noches de estas ciudades,
no las calma el dolor de las imprentas, ni el olor a tintas de sangre,
ni las lágrimas de luz, ni el eco de los magos de vidrio.
Estas ciudades nocturnas,
sueñan y suenan al ritmo de máquinas desbordadas,
huyen del bullicio, de la calle, de los muros de gente,
A las noches de estas ciudades,
le sobran las resacas y los borrachos con deudas,
la plaga de los motores y las luciérnagas de cerro.
A estas ciudades
les duele el vértigo de la noche.

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