14.6.10

El eco de los tambores


Cada beso, como mano al cuero, suena el tambor,
Mis lágrimas llevan y reproducen el eco del sonido al caer.
La casa es el único lugar al cual no quiero volver,
¿Cómo dormir?, ¿Cómo soñar en tus sabanas sin ti?;
Mis pretensiones se desnudan y deambulan por las calles,
Mis ojos como presas sostienen los ríos que se han de venir.

Una vez más es insoportable el peso de la soledad,
Decido caer justo antes correr,
Y en el descenso me seco por dentro,
Y llueve al revés con los ecos que reclaman al cielo tu presencia en un solo de tambores que repudia el silencio.



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