Limpie en la acera sus zapatos,
En casa prescindimos de alfombras faciales.
Quéjese en la ducha, el agua insípida lo oirá,
Desnutra sus ojos y cosa los labios;
Piense que los senos son tetraedros arriesgados por demás.
Ate sus manos al las sillas,
Olvide la lencería perturbadora de aquella dama,
Descuide y olvide el sexo
En esta casa sus pretensiones son abyectas,
Haga su maleta, brinque las avenidas y los valles,
Huya, corra de aquí; esta casa se respeta.
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